Foto: Javier Núñez
Texto: ABC
Comenzó su hija, Rocío Carrasco, abriendo su corazón y compartiendo con el público algunas reflexiones tras estos años de drama en directo.
Tras veinte minutos de discursos, salió la primera cantante al escenario. Nia, de lo mejor de la velada, nos regaló una fantástica versión de ‘Como yo te amo’ en la que voló sobre dos bellos violines a ‘pizzicato’ y una banda muy sólida. Fue una pena que, por el formato colaborativo, sólo pudiéramos escucharla en una canción. Siguió ‘Como una ola’, donde Sole Giménez, maestra del canto, se lució. Exhibe gran gusto en todas sus interpretaciones y no grita innecesariamente, algo que, por algún motivo que no descifro, tienden a hacer muchas cantantes.
Buenas interpretaciones de Pastora Soler y Lorena Gómez en ‘Se nos rompió el amor’ y ‘Vibro’, respectivamente.
Buenos temas -mejor el primero- y muy representativos del estilo de la tonadillera. Siguió Lola Vendetta con ‘Ese hombre’ en una versión muy personal. Se la llevó a su terreno, recitando las dos primeras estrofas, en un soplo de aire fresco antes del intenso estribillo. Fue una de las canciones que mejor se ajustaron a la temática de la noche.
Otro de los momentos estelares fue ‘Por qué me habrás besado’, que Sofia Ellar interpretó con muchísima clase. Puede que fuera una canción que se ajustara a su voz, puede que le dedicara más tiempo al ensayo o, simplemente, puede que tenga más talento. El caso es que brilló de la forma en que brillan las grandes artistas; ni una nota de más, ni una de menos. Hubo espacio para las baladas con ‘A que no te vas’, por Mayte Martín, ‘Mi amante amigo’, con Edurne y ‘Todo se derrumbó dentro de mí’ cantada por Robin Torres. Las tres canciones, muy bellas, pusieron el tono romántico en una noche de emociones.
Tanxugueiras, el trío del momento, interpretaron ‘Si amanece’, una canción con letra sugerente que llevaron ligeramente a su terreno con guiños a ritmos tradicionales y la inclusión de una pandereta. Aunque no fue, ni de lejos, la mejor interpretación de la noche, fueron las únicas que pusieron al público a saltar, dato a tener en cuenta.
Tras Beatriz Luengo y María Toledo, cerró el concierto Rigoberta Bandini, que incluyó una canción una de su propia cosecha, ‘Ay mamá’, que hizo vibrar a todo el público. Con ella acabó una noche de celebración en la que el foco estuvo puesto sobre las mujeres que debían haber estado allí, pero por culpa de la violencia machista, realidad innegable, ya no pueden ir a ningún concierto.
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